lunes, 16 de noviembre de 2009

Amaterasu y Susanowo


Amaterasu, la poderosa diosa del sol de Japón, es la deidad más conocida de la mitología japonesa.

Sin embargo, su incontrolable hermano Susanowo, es igualmente infame y aparece en varios cuentos. Una historia dice del comportamiento imposible de Susanowo contra Izanagi. Izanagi, cansado de las quejas repetidas de Susanowo, lo desvaneció hacia Yomi. Susanowo a regañadientes lo consintió pero tenía asuntos pendientes que atender primero. Él fue a Takamanohara (cielo) a despedirse de su hermana, Amaterasu. Amaterasu conocía que su imprevisible hermano no tenía ninguna buena intención en mente y se preparaba para la batalla. "¿Con qué propósito has venido aquí?" pregunto Amaterasu. "Para decir adiós," contestó Susanowo.

Pero ella no creyó sus palabras y solicitó una competencia para probar su buena fe. El desafío fue fijado en cuanto a quién produciría el niño divino más noble. Amaterasu hizo a tres mujeres de la espada de Susanowo, mientras que Susanowo hizo a cinco hombres de la cadena de ornamento de Amaterasu. Amaterasu otorgó el título a los cinco hombres hechos de sus pertenencias. Por lo tanto, atribuyeron a las tres mujeres a Susanowo.

Es suficiente con decir, que ambos dioses se declararon vencedores. La insistencia de Amatarasu en su demanda condujo Susanowo a campañas violentas que alcanzaron su clímax cuando él lanzó un potro medio desollado -un animal sagrado para Amaterasu- en la sala donde Amatarasu tejía, causando la muerte de uno de sus asistentes. Amaterasu huyó y se ocultó en la cueva llamada el Iwayado. Mientras que la encarnación del sol desapareció en la cueva, la oscuridad cubrió el mundo.

Todos los dioses y diosas en turno, trataron de convencer a Amaterasu para que saliese de la cueva, pero ella los rechazó a todos. Finalmente, el kami de la festividad, Ama no Uzume, tramó un plan. Ella colocó un gran espejo de bronce en un árbol, frente a la cueva de Amaterasu. Luego Uzume se arropó en flores y hojas y volcó una tina de baño, y comenzó a bailar sobre ella, percusionando la tina con sus pies. Finalmente, Uzume se deshizo de las hojas y flores y bailó desnuda. Todos los dioses masculinos rugieron de risa. Cuando ella se asomó después de su larga estancia en la oscuridad, un rayo de la luz llamado "amanecer" escapo y Amaterasu se deslumbró por su propia reflexión en el espejo. El dios Ameno-Tajikarawo la jaló fuera de la cueva y ésta fue sellada con una cuerda sagrada shirukume. Rodeada por la festividad, la depresión de Amaterasu desapareció y ella accedió a regresar su luz al mundo. Desde entonces Uzume fue conocida como el kami del amanecer y también como la festividad.

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